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El verdadero propietario del sistema de agua potable en Mahagi es la población

(c) CIDRI

RD del Congo – En Mahagi, en el noreste del país, el sistema de agua potable necesitaba ampliarse con urgencia. La población local está muy involucrada.

Construir y gestionar sistemas de agua es un trabajo complejo, especialmente en la RD del Congo. El acceso extremadamente difícil a algunas zonas, la disponibilidad de materiales y piezas de repuesto, la ausencia de ciertos conocimientos técnicos, etc. crean obstáculos adicionales. La mayoría de estos aspectos, aunque son evidentes, se personalizan rápidamente y requieren un buen conocimiento de las circunstancias. Pero también hay un aspecto indudablemente positivo al trabajar en estas condiciones: la población local. Puesto que la población local experimenta a diario las dificultades de obtener agua potable para el hogar y conoce los grandes riesgos de utilizar agua que no es pura (en combinación con un pésimo sistema sanitario), está más alerta que nadie a la hora de planificar y construir sistemas de agua. Exigen nada menos que una implicación total.

Aumento de la demanda de agua potable

Así ocurre también en la ciudad provincial de Mahagi, donde Join For Water y CIDRI construyeron un sistema de agua a principios de los años 90, que en su momento se diseñó para unas 14 000 personas. Debido, entre otras cosas, al regreso de refugiados tras diversas guerras en la región, a la construcción de una universidad y, de hecho, también a la misma disponibilidad de un sistema de agua potable, Mahagi se ha convertido en una ciudad muy atractiva, y ahora más de 80 000 personas viven en los distritos abastecidos con agua corriente. Por ello, en los últimos años la cantidad de agua disponible ha sido muy insuficiente.

Con el apoyo (técnico) de Join For Water y MISEREOR, actualmente nuestro socio CIDRI está construyendo una segunda línea de suministro que aportará un mayor flujo de agua a la ciudad y aliviará, en parte, la grave escasez de agua. En este proyecto, la población local desempeña un papel fundamental de varias maneras y contribuye en la medida de lo posible. Se encargan de cavar zanjas de muchos kilómetros (desde los manantiales hasta el centro), de transportar los materiales y de hacer una colecta en efectivo. Cada familia que ya tiene agua paga una pequeña contribución de solidaridad, y cada familia que va a recibir agua como nueva usuaria también paga una contribución. Así se prevé recaudar casi el 10 % del coste del proyecto, es decir, 40 000 €, a nivel local. Esto no solo permite conseguir más cosas con los recursos del proyecto sino, sobre todo, que la población local se apropie del proyecto y después gestione y mantenga el sistema.  Ellos son los auténticos propietarios, al igual que con el antiguo sistema de Mahagi que, gracias a ellos, ¡sigue siendo totalmente funcional después de más de 20 años!