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Qué hacemos

Agua para garantizar la producción de alimentos

La población mundial está aumentando, por lo que se debe incrementar la producción de alimentos. Sin embargo, hoy en día esto no es posible en todas partes, por ejemplo, porque no hay agua disponible. Debido al cambio climático y los cambios en los hábitos de consumo, debemos ser más conscientes aún del agua. Por ello, se deben adaptar las técnicas agrícolas para reducir el consumo de agua.

72 %

La agricultura utiliza el 72 % del agua dulce disponible en el planeta.

9000 millones

Se calcula que para 2050 habrá 9000 millones de personas y la producción de alimentos aumentará un 50 %.

Alimentos suficientes durante todo el año. Para ello no solo hace falta agua, sino también una estrategia agrícola bien diseñada. Junto con nuestros socios, buscamos técnicas que ahorren agua y no contaminen los recursos hídricos. 

En primer lugar, hacemos que haya agua disponible para la agricultura en las regiones que luchan con la escasez de alimentos. La eficiencia también es un punto de consideración importante: producir (más) con menos agua. Asimismo, aspiramos a tener el menor impacto posible en el medio ambiente: al fin y al cabo, la agricultura suele ir de la mano de la deforestación, y los pesticidas y fertilizantes contaminan los recursos hídricos. A la hora de elegir las técnicas agrícolas, tenemos en consideración los retos climáticos y anticipamos un entorno desfavorable. 

Gracias a este enfoque, podemos mejorar el bienestar de las comunidades junto con nuestros socios. 

 

Water vloeit over een akker in Haïti.
El agua fluye sobre un campo en Haití. (c) Dieter Telemans

 

¿Qué hacemos? 

 

  • Riego: desde bombas y canales hasta irrigación por goteo y métodos de riego adaptados a un clima cambiante; 
  • Almacenamiento de agua en valles, humedales y lagos: esta agua después puede utilizarse en los campos durante períodos de sequía; 
  • Cultivos adaptados resistentes a la sequía, entre otras cosas; 
  • Agricultura y silvicultura ecológicas para conseguir un suelo equilibrado y reducir el impacto medioambiental; 
  • Fomentar la reutilización de agua y limitar las pérdidas de agua; 
  • Reducir la erosión, entre otras cosas, construyendo terrazas y zanjas de infiltración; 
  • Promover políticas para que el sector agrícola utilice con moderación los recursos hídricos, en Bélgica y en otras partes del mundo; 
  • (…)